martes, 30 de septiembre de 2008

Aún más inexplicable...

En caso de tener que exponer lo impuesto…

Prefiero imponer mis supuestos

Para después andar levantando con cucharita los cuerpos

Si es que acaso los hay, y llevarlos uno por uno

[hacia su hogar

Y pedir perdón por las bajas,

A un estado hoy espiritual.

Qué reverenda mierda esto

[del surrealismo

Esto del librepensamiento

Se parece a cuando uno anda con hemorroides

Pero en el cerebro

¿Te pica la cabeza a vos?

Porque yo…sentar no me puedo


Eugenio Gálvez

viernes, 5 de septiembre de 2008

Inexplicable...

I

El embrujo,
La lentitud y el letargo
el cansancio tedioso
de los huesos clavados
al presente onírico.

El cilicio,
La vergüenza y el cerbero
El flagelo umbroso
Del guerrero implacable
Que se duerme dormido.

La calma,
La inocencia y el respiro
El despertar complaciente
Del sin sentido
Que se duerme vestido.

II

Somos
Creados y formados por el infinito
Y sin embargo nos limita la creencia
De que somos cuerpo
Y espacio y tiempo.
Creer que el mundo nos pertenece es tan absurdo
Como objetar que nuestra esencia es incorpórea
Es pensamiento y alma
Acción y sensitividad
O reacción y sensibilidad
Estética y práctica
Metáfora y analogía.
La vida, entonces,
Es añoranza de la libertad
De no depender del pensar y soñar
Sin ningún fin.

III

Las pasiones se me dibujan como objeciones, como errores
Pienso lo que siento y ya no es pasión sino portento
Proveniente de lo más elevado y no es razón ni sentimiento.
Sino lo inexplicable teniendo su lugar en el pensamiento
Cuando intento intelectualizarlo todo, nada entiendo.



Prof. Aron Goldstein

sábado, 9 de agosto de 2008

Fragmentos...

(..)E irremediablemente se levantó, y siguió caminando, decía que iba a la Facultad, o al menos eso le dijo a Estanislao para escapar de la responsabilidad de tener que esperar la muerte de la Virgen del Peneo.

Y fue a su casa.

Extenuado por el aleteo femenino en su cabeza y el olor a órganos genitales poco higiénicos sumado al ya olor a azufre que caracterizaba a los que padecían la enfermedad, se desplomó sobre su catre. Era una habitación chica, en una casa aún mas chica, un PH como insistían en llamar los Señores Inmobiliarios, maestros en dominar el lenguaje a favor de sus bolsillos tintineantes.

Las arrugas de su frente se relajaron llegando a un estado casi extático en el que podía sentir todos sus músculos amoldándose a las innobles formas del colchón barato. Despacio, despacio, su cuerpo se hundía en una oscuridad penetrante, calida a pesar del frío que rodeaba a su cuerpo, la humedad, los gritos en guaraní de la pensión, o algún otro idioma de negro espíritu. No cae en el vacío que se abre, se mantiene en el borde del precipicio, lo suficiente como para ver el fondo del pozo que descansa a sus pies, y lo tienta. Escupe dentro, espera a escuchar el ruido al final…no lo oye y pronto se olvida de ello. Se sienta ahí, espera, espera a volver a tomar conciencia de su cuerpo, volver a estar en el colchón apestado de pulgas de su habitación. Facilmente se torna aburrido tanta oscuridad, esa ceguera que sabe momentánea es insoportable y la situación se vuelve abstracta al punto del hartazgo. Se esfuerza por despertar…

Y una pulga lo mordió. Tres puntos, a una distancia de espectacular simetría entre cada una de ellos. Se rasca donde y acomoda su cuerpo en posición fetal. Muy poco duró su comodidad, recordó estar vestido, con los botines y las medias húmedas. (...)


Eugenio Gálvez


sábado, 2 de agosto de 2008

Y otra más...

Envuelto en una ira poco usual para mi sentir cada vez más desgastado por la erosión que produce la rutina y el vivir cotidiano, que amarga cada molécula de fantasía y esperanza que alguna vez sentí, grito al infinito mi enorme y egoísta desventura: ¡Es que acaso tendré que morir así!

Estupidas se me hacen las mujeres y las cosas a las que me someto por ellas. Me saben cada vez más a café y tabaco sus besos, sus caricias embadurnadas de mentirosa dulzura, sus despóticos deseos de hacerme suyo, y al mismo tiempo…esa falsedad, esas increíbles ganas de que por unos minutos seas el hombre que la llene de dulce semen y le des un crío. Quizás la próxima el oído comience a fallarme, y en lugar de devolver una caricia le encajo una buena y merecida trompada en la cara. Una y otra vez me engaño a mi mismo, pruebo metiéndola en todos los agujeros posibles, disfrazando mi desesperada búsqueda de amor y compañía, de argentina hombría. Un pelotudo como pocos puede caer tan seguido en la trampa innecesaria de decenas de mujeres, una tras otra, en el brevísimo tiempo que tiene hoy mi vida. Claro está que esto lo digo ahora, a mis diecimuchos años, cuando las muertes de los maestros es lo único que podes percibir en la yema de tus estirados y fríos dedos.

Desventura es esta, la del inútil que juega a ser de todo, la del escucha que quiere ser escriba. Y sus besos, putas de mierda, me siguen sabiendo a mentira, mientras se desvisten una tras otra, lindas, feas, gordas y flacas, con la lubricidad de las profesionales que como las aficionadas, todo lo fingen, hasta el amor.

Pero, ¿de qué estoy hablando? Del amor fingido…si eso ya ni debe existir, salvando por el corazón embriagado de algunos adolescentes, que no tardarán en caer en la decepción sin retorno en la que hoy y para siempre voy a estar ahogado. Puedo ahora, prometer convertirme en aquél monje guerrero que duerme en mi mente en las noches de borrachera, cada vez más inevitables, y no volver a tocar un pelo suave, ni un culo redondo, ni una concha humedecida por mis propios dedos, por mis propios besos. Y honestamente, si mi voluntad fuese tan fuerte como es en mis fantasías, lo llevaría a cabo. Pero quién sabe, ya llegará otra conchuda que me venda cual gerente de marketing un par de días en los que podré creer, para luego sacarla con patadas en los tobillos al pasillo, y echarla de mi casa porque yo...ya me rompí las bolas.

¡LA PUTA MADRE!

Godofredo Muñiz

miércoles, 16 de julio de 2008

Manifiesto Definitivo Literario Pt. 1:

Este manifiesto, creado con mi propio puño y letra, viene a cuento con lo siguiente: Camaradas, ¡ustedes no entendieron nada! ¿Se pensaron que éste era un espacio para llorar sus propios problemitas, sus dificultades de adaptación a una sociedad que no que nunca lo fue, ni debería serlo, amable y abierta de brazos? Esas cosas, me huelen a sentimentalismos adolescentes, y en los adolescentes no se puede confiar, tal es así su constante ir y venir emocional y su caprichosa voluntad egocéntrica. Entonces, hoy daré muerte a aquellos que andan por ahí, a pesar de haber dejado de ser adolescentes hace rato, proclamando banderas idiotas e infantiles. Debe ser la tercera vez que lo digo, pero necesitamos mordidas duras y nudillos curtidos, no músculos enternecidos. Y combinar esa fuerza que será fuerza activa con la fuerza poética. Todos podemos proclamar estupideces, pero pocos pueden (y me excluyo más por mi humildad como orador que por mi real capacidad) llevar la fuerza de sus puños a las mandíbulas de los lectores. Y señores, gaseados o no, éste es nuestro objetivo. Entonces digo: ¡Basta ya, porque sin valores estrictos, sin un manifiesto verdadero, nuestra espacio terminará siendo fuente para que beban camellos, y no el frente de batalla que necesitamos!

Todo sea por la revolución: No se escatimará esfuerzo o sacrificio en pos de la causa de los gaseados. Aquí no hay lugar para intereses propios e individualidades egoístas.
Por lo tanto…
Habrá sólo anonimatos: Luchamos abiertamente contra los egocentrismos y la obsesión del yo que hoy reina en la sociedad. Es precisamente una de las peores enfermedades de las que sufre nuestra gente. Mientras todos creen ser el último grito de la moda, o la vanguardia más vanguardista, o el sabio más sabio, aquellos titiriteros que conocen el arte más verdadero y antiguo (me refiero al maquiavélico) se ríen a carcajadas y hacen de las suyas, en vuestras narices. Y no sólo luchamos por el anonimato, sino que vamos más allá. Adoptamos el concepto de los Heterónimos de Pessoa para todos nuestros trabajos publicados vía “huele a gas”, ya sea en su futura versión en papel, o en su actual digital.
¡En el frente!: Las discusiones serán formas de estimular y afilar nuestras plumas para la verdadera lucha, que no se hace en el espacio digital, si no allá afuera, en la calle. Se trata de atacar a la hegemonía, el fundamental concepto anarquista. Entiéndaseme: digo anarquista en el más inocente de los sentidos, aquí pretendemos, así como las reuniones de Los Siete Locos juntar todas las paranoias, todos los frustrados, todas las ansias de cambio. No pretendo quitarle tinte político a esto, Dios no me lo permita, si no todo lo contrario, ya que este espacio debe ser el lugar donde se aúnan y se peleen todas las facciones, en pos de la revolución (poética o real).
Hago especial hincapié en el tema de la discusión, pero también viene a cuento lo de los Heterónimos. Esto no es un espacio en el que la gente discuta temas personales, ni rencores detrás los heterónimos(o personajes). Las reyertas serán, no ficticias, pero impersonales.
Profundidad en la Lectura/Escritura: No pretendo que los escritores tengan la capacidad de escribir en los “4 planos”, pero sí que los lectores no se queden con una lectura superficial (aunque esa palabra está devaluada), o con la primera o segunda lectura que se puede dar a un texto. Es literatura, o en su defecto, poesía, con lo cual si ven las palabras simplemente como conjunciones de letras…mejor entregar las armas, porque este no es el mundo por el que luchamos.
¡Despierten!: Ahora, camaradas, tomen sus plumas o sus armas, vuélvanse fuertes y filosos, peligrosos para el orden. No guarden dinero en sus bolsas, no vuelvan por las pertenencias al incendio, olviden a sus seres queridos. Nosotros somos el disparo final hacia a la nueva era.

Ing. Edgardo Apolinario Muñiz

miércoles, 2 de julio de 2008

La metafisica...

“ … en estos estadios de conciencia inconciente, de pensamientos difusos (si no difuntos) encuentro manifestaciones inequívocas del divino acertijo que hace a las veces de fe inquebrantable e incredulidad atea, el libre albedrío .

El hombre en el centro del sistema Celeste recrea una y otra vez a un nivel microcósmico el Big Bang, la creación, en cuerpo y mente con el espíritu en el lugar que le corresponde por su naturaleza inmortal.

Si bien en las alturas se respetan las leyes de causa y efecto, no se puede suponer que sigan la misma lógica que el pensamiento humano donde lo contradictorio es opuesto y no parte necesaria del mismo Ser. Los conceptos contrarios son idénticos en su punto de equilibrio en el triángulo, así como Di-s con sus distintos nombres, en su misericordia y su rigor, es el mismo y único Di-s.

La unidad intrínseca, tácita, del Todo, a pesar de la pluralidad de las emanaciones manifestadas en el mundo físico (pluralidad en su máxima expresión), es la base de igualdad de todo Ser, por ende, de todo Hombre. Nuestro destino inexorable es idéntico en cuanto a regreso a la Unidad. El libre albedrío podrá alejar o acercar nuestro fin último, en nuestras distintas encarnaciones atadas a la rueda del karma, dependiendo de lo aprehendido por nuestras almas que no son más que chispas de la Unidad Absoluta sin pasado, presente o futuro. Solo encarnados estamos sujetos al libre albedrío y, por lo tanto, a la posibilidad de ascender en la escalera de Jacob hacia la Divinidad

Fragmento de “manuscritos metafísicos” del Prof.. David Aaron Goldstein


domingo, 29 de junio de 2008

La revolución del Odio

-El poder sale de la gente, el poder es la gente. Si todos dejamos de comer manzanas podemos arruinar empresas, incluso provincias enteras en menos de una hora.
-Usted está equivocado, camarada. Nunca podrá juntar esa fuerza bajo ningún ideal común, no puede ser organizado lo que usted me dice. Piense además en los que tienen hambre, nadie puede pensar con hambre, y los que no piensan…
-No me malinterprete. Ahí es donde radica la diferencia, no soy Lenin, yo no trabajo para el pueblo. Tampoco cometo sus errores.Mi revolución no requiere pensar, pensar es para los cultos, nada más diferente que la realidad social en la que vivimos.
-¡Es usted un sádico!
-Realista, preferiría ser llamado. Mi revolución se alimenta de odio. El odio que todo lo mueve, ése es el factor decisivo de este siglo.
-¿Qué me dice entonces del miedo? ¿No cree que la gente está muy anestesiada por propagandas de terror como para aventurarse en una revolución?
-El miedo es una fuerza vieja, Julio. Hágase el favor de releer las palabras de Foucault. La conclusión es inevitable: el miedo murió. Piense en las películas si sospecha que me equivoco. ¿Cuánta gente calcula usted que vio un cadáver alguna vez en su vida? Hoy ya perdimos el asco. El miedo fue reemplazado por la costumbre, la costumbre del miedo es un fantasma que nada le pesa a la ígnea marca del odio. Con el tiempo nos fuimos animando a decir Hitler, a decir Videla, a decir Nüremberg, pero el odio al Holocausto perdura, todavía queremos la sangre de los milicos, de Martinez de Hoz y de Sobremonte ¿Se da cuenta? El odio siempre dura más, nada lava al odio sino el perdón, y nuestra sociedad no tiene ni un poquito de eso.
-Pero sin ningún punto en común sigo sin entender cómo piensa unir esa masa.
-Entenderá, don Julio. Es cosa de ver, no de creer. El odio es el punto en común, la voluntad de lucha. Que cada uno luche por lo quiera, lo importante es que luchen.
-Pero ningún estado puede ser fundado sobre la base que usted pretende usar para derrocarlo.
-Precisamente. Muy observador, por eso fue que ni Castro ni Trotsky basaron su revolución en algo tan macabro. Pero yo no quiero formar un estado, como le dije: no me malinterprete.

Terminaron de subir las escaleras.

Ethros

miércoles, 18 de junio de 2008

Más allá de todo...el espiritu

Tenés la sensación de vacío en las vísceras.
Tenés la sensación de desconsuelo, de desapego, de desarraigo, de desasosiego, de desgano, despecho.
El vacío quiere salir.
Te arrodillas frente al inodoro y sin un solo gemido, sin quejidos, vomitas tu malestar sin inmutarte.
Volvés a lo tuyo, a la autoflagelación; pero esta vez tu perversidad tiene mas matices. Pasas 12 horas ininterrumpidas frente a la tele, otras 12 en youtube, otras 12 jugando counter, linaje, wow mientras el msn te guiña el ojito ahí abajo a la derecha.
Llamas unas putas.
Laburás como esclavo para pagar la puta luz, el puto cable, la puta banda ancha, las putas …
Yo por suerte no tengo esa sensación de vacío que vos tenés en las vísceras porque a mi me llena el Osho, viste?

El Duque


sábado, 7 de junio de 2008

Hambre revolucionario...

Cierro la puerta mientras pienso en que esto de la escritura es muy prometedor. Como mal contador de chistes, me río unos minutos después de mi inocente ironía, y ya que estamos en tema, de toda mi inocencia. Espero quizás, otro llamado, y me siento sobre la cama a fumar y a esperar. Miro los libros, pero no me apetece ni leerlos ya. Si alguien contase la cantidad de palabras que escribió la humanidad desde la creación del primer rustico alfabeto-rústico…el único rustico sos vos- y las convirtiese en balas, habría suficientes para exterminar a toda la humanidad actual y a varias próximas generaciones. Se me hace agua la boca de tan sólo pensarlo. Uno tras otro, uno tras otro, asesinados ni siquiera con un propósito de revolución, ni siquiera para llenar el sentido idiota de un chiste de mal gusto, así, tan sólo cayendo destripados por los proyectiles de plomo sin criterio discriminatorio. Tanto negros, como blancos, niños como viejos, mujeres como hombres, todos gritando en su idioma, llorando las canciones de sus pueblos, y la ametralladora impasible: TAK-TAK-TAK-TAK.
Suena el teléfono justo en el momento en el que dejé de esperar a la llamada. No soporto la interrupción y desconecto el teléfono. Vaya a saber uno la expresión de la cara del otro lado, al darse cuenta que con total impunidad lo pueden privar de sus ansias de comunicación. ¡Quien va a querer comunicarse con vos! Pienso a veces que este mundo hizo que la gente se sintiese más importante de lo que realmente es. Y de vuelta la ametralladora sonando en mi cabeza TAK-TAK-TAK. ¿Es que tiene un sentido todo esto, tiene un sentido superior al de morir acribillado lúdicamente en manos de algún demente? Cada vez que salgo a la calle, y veo los rostros compungidos y frustrados de los transeúntes, me miro en alguna vidriera y veo la misma cara que la de ellos. Quebrantados por lo perverso de nuestro propio juego, ya nuestras carnes no valen ni dos centavos, no poseen la fuerza para la que supongo que debimos haber sido hechos. Y nos imagino entonces como esculturas echas de carne por algún alemán enfermo por la negación de su pasado-que es lo que nos hace hombres a los hombres- y exhibidos para el bolsillo del homosexual e impresionable burgués.

Adjetivo como autómata y vivo como mogólico.
El cansancio me corroe. Ya no conservo nada del buen humor con el que entré a casa, y la pieza es un desorden. Pateo algo en el suelo, miro los cigarrillos con hambre cerebral. Sólo soy un pelotudo, algo despreciable en el sistema productivo, sólo soy un forro que se sienta a escribir esto frente a la terrible maquina, enchufado por dónde me vean y soñando con ser algún día algo del guerrero que algún mío antepasado fue. Puras palabrerías, obnubilaciones típicas de un carácter poético y argentino. Me acuerdo de Marechal y su proclama guerrera. Cuánta necesidad de sacarnos a las piñas de esta comodidad.
Miro mis nudillos, encallecidos por el entrenamiento y las paredes, y me pregunto para qué están así si no las uso. Entonces, golpeo el piso, y salgo a buscar mi destino fuera, donde el gas flagela.

Godofredo Muñiz

martes, 29 de abril de 2008

Cuando las papas queman...

Cuando las papas queman, cuando nos damos cuenta de que el papel picado no va a alcanzar para tapar toda esta mierda, es ineludible nuestra obligación de romper con lo establecido.
No hablo de desentendernos de nuestra propia moral, de nuestras creencias o de nuestras almas, pero sí de las instituciones que hacen tanto daño a la vida.
Que el paradigma cientificista se cae a pedazos por su propio peso es un hecho, que la era de la razón nos ha llevado a una nueva era de apatía, de descenso evolutivo, de egoísmo esta más que a la vista. Y miramos estáticos como se corrompe todo lo que amamos con total indiferencia.
Nos cuesta horrores levantar el culo del sillón para dejar de ver a Tinelli, nos dopamos con lo que venga para no sentir como se desmoronan nuestros cojones, lloramos como niños cuando nos rayan el auto y decimos “que horror!” cuando nos topamos con un pibe aspirando Poxi. Somos unos pelotudos! PELOTUDOS!!
Pero a no sentirse atacados sino reflejados. El mismo humo nos tapa a todos, la misma hipocresía nos invade, los mismos miedos y nuestra propia mierda.
Deberíamos sentirnos obligados a contradecir al paradigma reinante, a romper con el status quo antes de que termine por aplastarnos … o seguiremos el camino trazado por los burócratas, los insensibles, los aprovechadores, embusteros y filibusteros que pretenden que metamos nuestras cabezas en la tierra ante sus espadas.

El Duque

miércoles, 16 de abril de 2008

Los Gorriones

Me lo contó Ines, chaqueña residente en villa Pineral...un satélite de la liberal ciudad de Caseros.
Ine tiene el envidiable oficio de trabajar en alguna dependencia ministerial que la envia en una vetusta y firme ford F 100 a recorrer el gran Buenos Aires a inspeccionar cosas que aquí y ahora no interesan. Envidia la mía, que preciso y disfruto de ver mi aldea.
Ella, como muchos, mira el cielo no tan solo para ejercitar el cuello. Y mirando el cielo y las copas de los árboles, y los bordes de los paredones de las fabricas y los techos de las casas bonaerenses, aprendió a amar a los pájaros. Nada que se preste a la rima romántica o a la metáfora de power point...ella gustaba de observar los pájaros en su loca y suicida convivencia con el mundo humano. Y saber mirar hace crecer la razón.
Entonces, Ine sabía y admiraba la potente combatividad, astucia y mutabilidad de los gorriones suburbanos. Raza popular y paisaje de la nación urbana. Esos gorriones, que picoteaban migas de alfajores en el sucio galpón de la terminal del colectivo 620, sabían hacerlo.
Migas que caían sobre el suelo con aceite, barro y gasoil...y eran engullidas con salud y alegría por los piquitos voraces de los gorriones.
"Adaptados al medio ambiente" surge como primera revelación de esta noticia.
Pero no.
Lo que Ine, mujer valiente y atenta, contaba era su horror.
Porque ayer por la tarde, en un paraje urbano, cerca de la estación de Munro, pudo observar a niños de estadísticas sociales, jugando, en medio de la niebla pútrida del humo de estos días, entre divertidos y atónitos, con gorriones...gorriones en las manos. Cientos de ellos de vuelo corto…atontados, camino a la muerte sin gesto, tristes de sentir que la muerte no llego por un oportuno hondazo…o por algún gato atorrante y vivo.
No.
Nunca más gris el final del ave gris.
El aire trajo la muerte...
Y el incipiente sol que hacia avanzar la mañana mostró los infantiles planes de algún guiso, seguramente con la polenta del plan municipal.
Ine, respiró de su cigarrillo. Y dijo:
-El día que las cucarachas comiencen a morir...ya va a ser tarde para llorar o putear.
Creo, Ingeniero, que necesitaba contárselo. Suena a señal ver el cielo de nuestra vida actual tan humanamente sucio. Marcho a pensar en el asunto.

Prometo volver.

El Astrologo

¿Huele a humo, o a gas?

Compañeros, camaradas, lamento muchísimo vernos hoy tapados por el humo que el viento trae, y nos va asfixiando, nos va asfixiando. Tanto humo y tanto descontrol, da para sospechar, si es que algo de paranoia o de cerebro queda aún en vuestras mentes, y no es nada bueno lo que se ve corriendo el velo…

Por un lado, tenemos el desorden económico-social que desató los problemas que todos sabemos en las negociaciones entre el sector agrario y el estado que ocuparon a la opinión, a la bendita opinión publica, la integridad de las semanas anteriores al día de la fecha. Con eso ya parece bastarnos, pero estoy conectando ideas, no esperen una revelación divina al final de esto. Por el otro, tenemos a los ganaderos que deseosos de tener el alimento que precisan para sus cabezas de ganado no se les ocurre mejor idea –no es por estupidez esto, y temo, compañeros, que tampoco por negligencia – que prender fuego los pastizales sin ningún tipo de precaución ni preparación. Ahora dicen que tampoco las autoridades estaban advertidas…nada bueno se entrevé entre todo el humo, por ahora… pero dejenme hablar un momento más camaradas, se los ruego. Bien, ya dijimos: sector agrícola, sector ganadero… ¿Buenos Aires?¿Zarate?. Cito:

Si bien sabemos que ya hay algunos sojeros que han comprado tierra barata para producir allí, el problema se presenta por el enorme volumen de cabezas de ganado que están ingresando en la zona”.

Vaya sorpresa, ahora también el agro, con su soja, que ya todos bien sabemos las terribles consecuencias que acarrea para el suelo nacional está metido en esto.
Lo del humo descontrolado, no va a ser en beneficio de los ganaderos, eso se los aseguro. Pero camaradas, ¿creyeron que se terminó acá? Demasiado tranquilo estaría mi espíritu hoy y no necesitaría de sentarme a teclear como enfermo frente a la maquina, mientras me pican los ojos por haber estado pateando la calle – contra mi voluntad -. No, hay algo más. Vuelvo a citar, me parece el medio más adecuado para un análisis como este, que no acostumbro a hacer:

"Existe, aunque se habla poco de esto, un destacamento permanente de la DEA(División antinarcóticos de los E.E.U.U) en las islas del delta del río Paraná, en proximidad de la ciudad de Zárate, cabecera del estratégico puente Zárate-Brazo Largo que conecta la zona metropolitana con la Mesopotamia y las rutas a Uruguay y Brasil."

Ay, ay, mis camaradas. La Era del gas ha llegado ¿o es que acaso no nos creían? ¿O es que acaso se pensaron que era literal nuestra interpretación, que estábamos desquiciados…? No, mis pobres camaradas, mis queridos – sí, mis queridos – es tiempo de mordidas duras y brazos fuertes, porque para estas épocas, seguir durmiendo puede significar no despertar nunca más.

El aire que respiramos es hoy el que nos mata.

Foto: Gustavo Cherro
Citas: La Nación - www.paginadigital.com.ar

Ing. Edgardo Apolinario Muñiz

miércoles, 5 de marzo de 2008

¡Silenciad ya mismo esas voces!

Basta de estupideces y estupidos que las dicen. Basta, díganle basta a los grupos babeantes que van chorreando sus jugos por las calles de nuestra ya suficientemente mugrosa ciudad en busca de un ideal inexistente (porque hay que decir las cosas, acá no valen las mediatintas) de paz y justicia. ¿De qué justicia me hablan? Porque su justicia no es justicia, si no una tiranía de la ignorancia y la caprichosidad. Con esto no quiero decir que las justicia de los otros, la que está instituida sea, por decirlo de alguna forma, más justa, pero ciertamente que está sobre pilares muchos más firmes. Mucho más viles también, pero el que no haya pecado que arroje la primer piedra.

Y no veo ninguna piedra por acá.

Callen la boca al idiota que habla de libertad y paz, y se tira a descansar en su cómodo sillón, que ya bastante caro le salió a su respectivo padre. A ese va a ser el primero que lo van a gasear, por idiota.

Señores, y esto ya se los he dicho, ¡NO ES TIEMPO DE PAZ! Es tiempo de angustia, de horror. Necesitamos hombres fuertes, mujeres tenaces, no lacrimosos niños que piden por su comodidad burguesa como si fuese la teta que los amamantaba. Y no sólo es tiempo de angustia y horror existencial, metafisico, no mis señores, ahora más que nunca los rumores de guerra y perdición se oyen cada vez más fuertes, avanzando con pasos firmes hacia nuestros hogares.

Escuchen, escuchen ¿vieron? Ahí están, y no van a retroceder, no en tanto y en cuanto nada los haga retroceder ¿O acaso alguno de ustedes va a levantarse en armas contra eso? No, no lo creo. Hipócritas y maricones, todos maricones. No hay nada que hacer. Pero difícilmente alguien lo admita, así que los cascotes van a venir hacia el autor de este humilde texto, que sólo dice un par de verdades innegables, pero tan innegables, que pocos van a tener el valor de admitirlas.

Es hora, camaradas, enemigos, o lo que se declaren ustedes, la era del gas…llegó más pronto de lo que pensábamos.



Ing. Edgardo Apolinario Muñiz

viernes, 15 de febrero de 2008

!Tragedia¡

Se nos ha informado durante el transcurso de la oscura y calurosa madrugada del día de la fecha, durante una placentera velada que compartíamos con el señor Ing. Muñiz, nuestro íntimo el astrólogo y el infaltable Duque, que aparentemente el primer número de “huele a gas…” salió a la calle ilícitamente.
Al parecer, un grupo de miserables o de maniáticos, que para lo que va del caso nos significa a nosotros los gaseados, lo mismo, han robado de formas misteriosas lo que hubiese sido el último borrador de la revista, previa a llevarse a las imprentas.
Suponemos entonces que pronto varios de los que hubiesen sido nuestros ejemplares van a estar disponibles para sus pringosas y mugrientas manos en varios de los quioscos de diarios de este, nuestro lamentable y decadente Distrito Federal.
Si nuestras sospechas se confirman, no lo dude, denúncielos, ¡Haga patria! Métale un tiro en el lugar que juzgue indicado a quien lo distribuya. La responsabilidad, corre por nuestra cuenta.

jueves, 24 de enero de 2008

El gas...

—Sí, a tomar mate, Remo.

Erdosain salió del cuarto. La Bizca estaba, como de costumbre, en alpargatas, obscena la sonrisa tras el cristal de sus gruesos len­tes. En cuanto veía a Erdosain ampliaba el escote, y temblantes los senos iba a restregarse en él, entre­abiertos los labios, lagañosos los ojos.

Silenciosamente, Erdosain sentóse en un escabel de la cocina. Los muros estaban allí impregnados de mu­gre, las cacerolas escurrían el agua del fregado en el oscuro revoque, y doña Ignacia, con su negro cabello anillado, las despedazadas pantuflas, y la cinta de terciopelo negro ceñida al musculoso cuello, sonreía con la posible amabilidad de sus muecas, sin desunir los labios.

La Bizca mimoseaba a Erdosain. Éste sonrió incoherentemente, y mientras, doña Ignacia renovaba la yerba en el mate, arrojando los posos a un tacho de basura. Remo continuó ausente de todo el soliloquio mental.

“Fórmula Mayer… Fórmula Haber… (Q-E) por T igual a I. Cierto que el experimento de laboratorio difiere del que se ejecuta al aire libre… pero qué diablos, pongamos el fosgeno; 450 miligramos por metro cúbico. Difosgeno, 500 miligramos por metro cú­bico. Sulfuro de etilo biclorado, 1500; suma y sigue. Como el hombre respira en un minuto cerca de ocho litros de aire… la fórmula de intoxicación sería… sería… 450 por 8, dividido por 1000”.

Erdosain se queda como un bobo contemplando e espacio, mientras sus labios se mueven en el cálculo de división.

“Exacto. Con cerca de 4 miligramos por unidad de peso… se produce la intoxicación mortal. ¡Qué hijos de puta esos sabios! Lo han dejado chiquito al diablo. Y me jugaría la cabeza que estos químicos, después de dejar sus probetas y máscaras, regresarán a sus casas y abrazarán a sus hijos. A la hora de acostarse, mientras la mujer, desvistiéndose, mostraba el trasero en el espejo, le dirán: «Tenés que ver cómo progresa la arquitectura atómica de ese gas». ¡Qué hijos de puta! Nada más que cuatro miligramos por metro cú­bico. Y el hombre se desmorona como una mosca. Si esto no es economía satánica, que lo diga Dios. Ideal. Mayor toxicidad a menor cantidad. «Descúbrame us­ted, caballero, un veneno que pueda intoxicar cien mil metros cúbicos de aire con un miligramo de gas, y le levantaremos una estatua», le dicen a sus químicos los jefes de Estados Mayores. Y el hombre, que por la noche le acarició dulcemente las nalgas a su mujer, se enquista al amanecer en el laboratorio a buscar la nueva construcción atómica que extermine el máximum de hombres, con el mínimum de gasto. ¡Qué canallas!”.

Los símbolos revolotean en la imaginación de Erdosain, mientras doña Ignacia le pasa un trapo al mate, emporcado con residuos anteriores.

“CH3. CO. CH2. Derivados de la cloroacetona. Deri­vados de la serie aromática. Hijos de… La serie aro­mática. Cloruro de Benzilo, Bromuro de Benzilo, Bromocianuro de Benzilo, Arsinas aromáticas…”

Doña Ignacia, que lo observa preocupado, le pregunta:

—¿Qué le pasa, Erdosain? Hoy habla solo.

—¿Eh? Ah… sí; tiene razón, estoy preocupado.

—¿Qué tenés, querido?

—Estoy estudiando los gases de guerra, ¿sabés? Gases de guerra. No hay nada más terrible que los gases de guerra, ¿sabe, señora?, que los gases de guerra. Permiso, querida.

Erdosain camina de un punto a otro de la cocina hedionda. En el muro se refleja su perfil cabelludo. Doña Ignacia y la Bizca lo escuchan asombradas.

―Son terribles. Parece que los hubiera inventado el diablo. Sí, señora, el diablo; pero un diablo que se hubiera especializado en odiarla a esta pobre huma­nidad. Fíjense: hay gases lacrimógenos que corroen la conjuntiva, queman la pupila, horadan la córnea, pro­vocando úlceras incurables. Y sin embargo, tienen la preciosa fragancia del geranio. Otros, en cambio, es­parcen el perfume del clavel, de la madera o del pasto.

—¡Qué horror!

Remo va y viene impasible entre las cacerolas de fondo negruzco y oxidado. Aparentemente, habla pa­ra doña Ignacia y la Bizca; en realidad, habla para sí mismo, dando salida al conocimiento horrible que acumuló día tras día para ponerlo al servicio del As­trólogo:

—Están los lacrimógenos simples, los lacrimógenos tóxicos; después viene la serie de los vesicatorios o cáusticos, aquellos que estrían y requeman el epitelio, levantan ampollas, desprenden en lonjas la epidermis. Después los sofocantes y nauseabundos, irritantes, es­tornutatorios, asfixiantes y tóxicos, de todos los colores, verdes, ladrillo, azulados, amarillos, lilas, blancuzcos como la leche, verdulencos como secreciones de ani­males marinos. Algunos atraviesan las máscaras más compactas, atacan simultáneamente los ojos, las vías respiratorias, la piel, la sangre. Los atacados vomitan trozos de pulmón, enceguecen, se cubren de úlceras como leprosos, pierden a pedazos los órganos genita­les…

―Callate, por amor de Dios, querido…

—Sí, pierden a pedazos los órganos genitales. Esos son los efectos del gas mostaza… —y continúa soliloquiando impasible, con los ojos dilatados, fijos en el espacio. “Fórmula Mayer… fórmula Haber, líquidos, gaseosos, fugaces, semifugaces, permanentes, semipermanentes, penetrantes… fórmula Haber, fór­mula Mayer…”.

El Demonio de la Química ha salido del infierno, anda suelto entre los hombres, les susu­rra tentador su secreto a los oídos, y ellos gozosos, a la noche, mientras que la mujer desvistiéndose, mues­tra el trasero en el espejo del ropero, dicen: “Estamos contentos; hay que ver cómo progresa la arquitectura atómica de ese gas”.

—Dígame, señora, si no dan ganas de hacer saltar el planeta. ¿Sabe lo que escribió un químico? Parece mentira. Sólo Satán podía escribir algo semejante. Oiga bien, señora. Escribió ese señor, que es un sabio: “Desde el punto de vista químico y fisiológico, el me­canismo de la acción del cloro es digno del mayor elogio, pues le substrae a los tejidos de las substan­cias orgánicas el hidrógeno, generando compuestos nocivos”. ¿Se da cuenta, señora? Dígame si ese hom­bre no merecía que lo ahorcaran… Pues no, está al servicio de la Bayer

De pronto Erdosain mira en redor y se siente aplastado por lo ridículo de la comedia humana. Es­tá disertando de gases con una menestrala y su hija. Siente deseos de lanzar una carcajada, y acer­cándose bruscamente a la Bizca le toma el labio inferior entre los dedos, lo entreabre, como haría con el belfo de una yegua, y examinándole la boca rezonga malhumorado:

—Tenés que lavarte los dientes.



"Los Lanzallamas", R. Arlt